El síndrome de Stendhal

El síndrome de Stendhal es una enfermedad psicosomática que causa vértigo, elevación del ritmo cardiaco, confusión, temblores, palpitaciones, depresión e incluso alucionaciones cuando el individuo contempla obras de arte, sobre todo si éstas son especialmente bellas o hay una gran cantidad de ellas expuestas en el mismo lugar.
Se denomina así porque Stendhal fue la primera persona que describió sus síntomas, después de experimentar todas sensaciones durante un viaje a Florencia en 1817.
Hace un par de años, lo utilizarón  para hacer este anuncio del Audi A8

Yo he estado dos veces en Florencia, aunque una no cuenta porque fue en viaje de estudios, sin sufrir ninguno de esos síntomas. Tampoco me sucedió en Paris, Roma, Praga o Granada. Ni al ver una ruleta de Zinedine Zidane, uma asistencia de Magic Johnson un un revés a una mano de Roger Federer. Quizás lo más cerca que haya estado fue un noche de verano, con aquel balón cruzado a la espalda de los defensas holandeses que Cesc Fábregas dio a Andrés Iniesta para que lo clavara en el fondo de la portería en Johannesburgo.

Sin embargo, hay una sensación de alguna forma relacionada con la experiencia de Stendhal que sí he vivido en varias ocasiones. Ignoro si es algo que solamente me pasa a mí, o si por el contrario comparten más personas. Así que si alguien se siente identificado con lo que voy a describir en un momento, le agradecería que me lo hiciera saber.

En ocasiones, cuando escucho determinada música siento una combinación de profunda admiración y frustración. No tengo claro el patrón pero en general se trata de una canción que:

• Asocio a mis últimos años de bachillerato o los que pasé en la Universidad.

• Sin ser necesariamente un absoluto éxito comercial, es obra de un cantante o grupo muy conocido que ha inspirado a muchos. 

•  Siempre se tratar de una balada, melodía triste o la letra tiene un mensaje profundo.

•  La sensación es más intensa cuando la he escuchado en directo.

 Un ejemplo es "Miss Sarajevo" de U2

La canción trata de un suceso que ocurrió en 1993 durante la guerra de Bosnia en la ciudad de Sarajevo. La ciudad estaba sitiada por los serbios y todos los días morían cientos de personas. Pese a ello, organizaron un concurso de belleza. La ganadora fue una chica de 17 años llamada Inela Nogic. Al final el certamen, posaron con un pancarta que decía "Don't let them kill us" (No dejen que nos maten).

Las razones del sentimiento de admiración son evidentes. Se trata de una canción hermosa, magníficamente interpretada que tiene un mensaje profundo que en su día intentaba concienciar a mucha gente. La sensación de frustración se debe a lo mucho que me habría gustado ser capaz de conmover a tanta gente con alguna creación mía. Supongo que esa sensación se acentúa cuando la asocio con mis años de Universidad porque cuando tienes 20 años piensas que tienes talento y esperas hacer algo realmente grande en el futuro.

Quizás esto que me pasa a mí le sucede a más personas, alguien lee esto, lo investiga y se acaba considerando el Síndrome de Blanco. O algo parecido.